2.4.08

El poema que ocupó el lugar de una montaña (Wallace Stevens)

Ahí estaba, palabra por palabra,
el poema que ocupó el lugar de una montaña.

Respiraba su oxígeno,
incluso cuando el libro yacía dado vuelta, expuesto al polvo de la mesa.]

Le recordaba cómo había necesitado
un sitio para ir en su propia dirección.

Cómo había ordenado los pinos otra vez,
y cambiado las piedras de lugar, abriéndose camino hacia las nubes,

hasta encontrar la perspectiva justa,
donde estaría completo en una completud sin más explicación:

la piedra, exactamente, en la que su inexactitud
descubriría, al fin, el panorama al que se habían estado aproximando,]

donde podría apoyarse, y contemplando el mar,
reconocer su casa, única y solitaria.